«Cuanto más lejos, más cerca. Soloviov y Baladin no contaron lo que vieron. Ningún náufrago, si se salva, lo cuenta. Todo errante aspira secretamente a esta visión y también aspira a salvarse para poder retenerla. Ver en qué consiste tu vida y, además, retener esa visión es el horizonte que nos impulsa a atravesar la tierra de nadie. El viajero está dispuesto a emplear miles de horas en el empeño en obtener la gracia de aquel instante.»
Rafael Argullol, Visión desde el fondo del mar, Acantilado, Barcelona, pág. 73.