«Para usted, lo constitutivo de un autor es su voluntad enunciativa; ¿en qué consiste?
Ni asunto, ni tema, ni pensamiento: solo la voluntad de decir. Que fabrica con nada una forma en la que se afinca el sentido. Sin que el texto nazca nunca de espontaneidad alguna y, antes bien, se afinque firmemente en el gusto de la lengua que recibe el nombre de clásica, es decir, controlada, con las riendas tirantes y disfrutando de que lo estén.»
Pierre Michon, Llega el rey cuando quiere, WunderKammer, Girona, 2018, pág. 102.