En 2004 Guillermo Martínez (Bahía Blanca, Argentina, 1962) sorprendió a propios y extraños con Los crímenes de Oxford. Ganó a todo un público deseoso de leer textos inteligentemente construidos, sin otra pretensión que contar bien una historia de intriga, propicia para desplegar la agudeza del lector.
Ahora nos las habemos con Acerca de Roderer. Digámoslo cuanto antes y sin tapujos. Este texto nos parece muy superior al anterior. Curiosamente fue escrito antes que los exitosos crímenes de Oxford. Ambos forman un solo libro porque allí donde Acerca de Roderer termina se inicia Los crímenes de Oxford. Ambos se consagran al fetiche de la inteligencia pura y a la lógica imbatible de los acontecimientos.
En Acerca de Roderer no anida el criterio de verdad en la experiencia, sino en la figura de unos personajes, dos, analíticos y enclaustrados en su propio mundo –mental y libresco- que pueden exclamar con Mallarmé que “la carne es triste y todo lo he leído.” Esa es la perspectiva vital desde la que se posiciona este enigmático personaje llamado Gonzalo Roderer, un joven que llega a Puente Viejo y del que apenas sabemos nada. El lector se encuentra en medio de un huracán intelectual fascinante y acompaña a Roderer quien pretende construir “lo que intentaron Spinoza y De Quincey, la gran visión que persiguió Nietzsche: el nuevo entendimiento humano.”
Auden afirmaba que el género policial compensaba las deficiencias del género narrativo no ficcional que fundaba el conocimiento de la realidad en la pura narración de los hechos. En más de un sentido, Acerca de Roderer cumple estos dos requisitos, edificando una novela ejemplar del género policial que Ricardo Piglia describía así: “se aleja de los hechos reales con el álgebra pura de la forma analítica” y, a la vez, se “abre paso a la narración como reconstrucción y deducción, que construye la trama sobre las huellas vacías de lo real”. Dos en uno. ¿Podemos pedirle más a este tipo de ficciones?